Train Hard

Ejercicios

 Conocerás diferentes formas de realizar ejercicios en casa o en gimnasio y las formas mas nuevas y actualizadas de realizar ejercicios:

Pecho:

La musculatura pectoral se coordina con el cuello, brazos, hombros y los músculos centrales para producir movimiento y fuerza. Por lo tanto, realizar ejercicios para pecho es de vital importancia para el bienestar general tanto en el entrenamiento como en acciones de la vida cotidiana.



Bíceps y Tríceps:

El bíceps une mecánicamente el brazo con el antebrazo. Es un músculo superficial con dos cabezas, de ahí que también se conozca como bíceps braquial. Su función es la de flexión y pronación del antebrazo. El tríceps se encuentra situado en la región del brazo.



Cuádriceps, Femoral y Glúteo:

El cuádriceps es el principal y más potente extensor de rodilla, es decir, su principal función es extender la rodilla para colocar la pierna completamente recta.

Los femorales o isquiotibiales son un grupo muscular que a menudo olvidamos trabajar, pero cuyo entrenamiento es más que necesario si lo que deseamos es tener unos miembros inferiores fuertes y estéticamente desarrollados.



Espalda:

La musculatura de la espalda así, no sólo contribuye a estabilizar el cuerpo como lo hacen otros músculos del core sino también, influyen en nuestra postura corporal y dependiendo de cada músculo en particular, ayudan a estabilizar la pelvis, permitir movimientos de hombros y brazos e incluso, de la cabeza.


Hombros:

Los músculos de tus hombros son el grupo muscular en la parte superior del cuerpo que más usamos. Sin los hombros, bien entrenados, un cuerpo atlético no es completo.






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Cómo empezar un estilo de vida fitness y mantenerlo en el tiempo

Somos muchos los que, tras las vacaciones, nos planteamos comenzar un estilo de vida saludable o, como se suele decir últimamente, un estilo de vida fitness. No es fácil mantenerlo en el tiempo, lo sabemos, pero tienes que saber que ¡sí es posible!
Para triunfar en el estilo de vida fitness y no decaer, céntrate en este pensamiento: se trata de un proceso, un paso a paso y no hay una manera “perfecta” de hacerlo. Nadie lleva un estilo de vida saludable todo el tiempo, ni siquiera aquellos que llevan años cuidándose. Hay etapas en las que tendrás mucha energía y lo harás mejor y otras en las que estarás más floja y lo dejarás un poco de lado. ¡No pasa nada! Lo importante es que, pase lo que pase, continúes en el camino hacia este estilo de vida.
Comienza poco a poco. Acabas de leer un libro o ver un vídeo y estás a tope de motivación. Quieres hacerlo todo y quieres hacerlo ya. Tiras comida de la nevera, comienzas a entrenar varias horas seguidas, te compras ropa pequeña… Error. Hacer un montón de cambios de repente no es realista y puede llevarte a desistir.
Cambia tu lista de la compra. Un 80% de tu comida debería ser comida real. Haz tu lista de la compra conforme a ese porcentaje y reserva ese otro 20% para darte algún capricho. “Evita ultra procesados y aumenta la cantidad de verdura, proteína y grasas buenas”
Haz una lista de las cosas que crees que estás haciendo mal. ¿Cuáles son tus kriptonitas? Mira en qué estás fallando y apúntalo en un papel. Escribir a mano ayuda mucho a fijar e integrar conceptos. Cuando ves en qué fallas puedes saber cómo solucionarlo.
No te enfoques sólo en el peso. Enfócate en cómo te vas sintiendo, cómo están tus emociones, tu seguridad, cómo son tus pensamientos (positivos o negativos). El peso no siempre va a reflejar tu progreso de manera objetiva. Puedes fijarte en tus medidas, en cómo te queda la ropa, en tu porcentaje de grasa en globalidad… Pero sobre todo en cómo te sientes. Y no te mires todo el tiempo en el espejo: una misma no nota los pequeños avances. A veces el cuerpo tarda en reaccionar y eso puede llegar a desanimar